lunes, 13 de julio de 2015

EL DUELO EN EL AMOR.

Desamor, abandono, amor no correspondido..., ya sea la crónica de una muerte anunciada o darse de bruces con la cruda realidad, padecer la pérdida del amor de quien creíamos nuestra pareja es uno de los mayores sufrimientos amorosos a los que nos podemos enfrentar, y por desgracia más habitual de lo que pensamos.

Reconocer y asumir que ya no se es amado por quien se creía era el compañer@, supone tener que asumir una pérdida, y como tal implica vivir un proceso de duelo con sus correspondientes etapas:

   1- NEGACIÓN: De primeras se vive un golpe de realidad que cuesta entender, no sabemos de donde viene esta situación, podemos incluso sentir mareo o nauseas. Y la reacción típica es negar la realidad. "Esto no esta pasando, no es verdad, es una broma..." La realidad es que te han dejado y cuanto antes lo asumas antes lo superarás y reharás tu vida.

Un error habitual en esta fase es suplicar al otro que no se vaya, que no nos abandone. Esto sólo sirve para poner más difícil las cosas. La realidad es que una parte de la pareja no quiere seguir con la relación, y aunque aceptara continuar sólo sería alargar una agonía.

   2- RABIA: La parte abandonada asume la cruel realidad y reacciona con enfado y resentimiento. "Es injusto, con lo que yo le quería", "la culpa es suya", "esta claro que yo le quería más que el a mí"... Es importante ver las cosas como son en realidad, querer a alguien no es motivo suficiente para que la otra persona nos quiera, además, el amor se puede pedir pero no exigir. Ten en cuenta que tus motivos para abandonar a alguien no tienen porque ser los mismos por los que rompería otro.


   3- NEGOCIACIÓN: Ahora se empieza a buscar una solución, se piden explicaciones, se culpa al otro de no querer salvar la relación, incluso se pide a interlocutores como amigos, padres o incluso abogados, que intervengan a ver si pueden hacer algo. 

Lo sano es comprender que el otro puede tener sus razones, bien sea que ha encontrado a otra persona, o que se ha evolucionado en direcciones opuestas, o que las expectativas de cada uno son distintas. Acepta que el otro no quiere seguir por la razón que sea. Escucha sus quejas y motivos y asume tu parte en el proceso.

   4- ACEPTACIÓN: Cuando por fin uno entiende que la historia se ha acabado, entonces llega la "depresión". En esta época se corre el riesgo de caer en el victimismo con quejas constantes, aislamiento, cambios de humor e incluso intentos de controlar algo de la expareja mediante facebook (a ver que hace o con quien anda), llamadas desesperadas, etc.

En esta fase intenta mantenerte en el presente, de nada sirve ya pensar en el pasado y menos si sólo vas a recordar lo bueno (o por rencor lo malo), ni lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue. Por el contrario, mira hacia adelante. Busca los puntos positivos de la ruptura (que los hay) y desarrolla nuevos roles, nuevas aficiones (o dedícate a las que ya tenías y habías abandonado), sal a conocer gente o lugares nuevos...

Recuerda que el dolor ira disminuyendo, que tu vales mucho con pareja o sin ella y ahora ha quedado un trono libre para que se siente a tu lado el rey/reina que se lo merece y que tu elijas. Seguro que otras veces has pensado que no podrías superar algo y lo has hecho, pues esta vez no vas a ser menos.
Piensa qué tienes que aprender de esta situación y ¡aprende!, de todo lo malo puedes aprender algo bueno, no dejes pasar esta oportunidad.


   5- SUPERACIÓN: Tarde o temprano la luz empieza a verse al final del túnel y podrás ver a tu ex sin que duela. Incluso podríais ser amigos, pero eso ya queda a vuestra elección. 

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