miércoles, 24 de noviembre de 2010

SIETE ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LA RELACIÓN DE PAREJA. CORAZÓN Y CABEZA.

Para conseguir una relación de pareja de igual a igual podemos seguir una serie de estrategias sencillas. No inculpes, acepta, se íntegro, apoya a tu pareja, demuéstrale afecto, se realista y positivo. En resumen, concédele a tu compañer@ los derechos que quieres para ti.
1-      ACEPTA A TU PAREJA TAL Y COMO ES. NO CULPES.
Clave: Asume la responsabilidad de tus sentimientos. Cada miembro de la pareja es una persona única e irrepetible, con sus creencias, valores, objetivos. Piensa que tu modo de ver la vida no tiene por que ser igual que el de los demás. Puedes permitirte influir en tu pareja, pero tu pareja también puede influir en ti. Al fin y al cabo todos estamos evolucionando constantemente.

2-      MANIFIESTA TU APRECIO CON FRECUENCIA.
Clave: Expresar frecuentemente el aprecio a tu pareja tiene un efecto acumulativo y facilita que el otro se abra y comparta sinceramente contigo. Las pequeñas cosas son las que crean el día a día.
Valora positiva, y sobre todo honestamente, las ideas y comentarios de tu pareja. Es bueno empezar reforzando los puntos de acuerdo, y recuerda que las críticas deben ser siempre constructivas, con aprecio y sin culpar.
Y recuerda que es mejor valorar lo que se tiene antes de perderlo.

3-      COMUNÍCATE ASERTIVAMENTE.
Clave: Reconoce sinceramente lo que te ocurre a ti, a tu pareja, a vuestra relación. Reconoce lo que piensas, sientes, tus debilidades, tus incoherencias, tus puntos fuertes y débiles, y lo que te gusta y no te gusta de ti.
Se honesto respecto a tus opiniones, valores, creencias, y si tu pareja tiene la razón, admítelo. Olvídate de los “deberías” y los “tendrías”, la conversación será más agradable.

4-      COMPARTE Y EXPLORA LAS DIFERENCIAS CON TU PAREJA.
Clave: Escucha a tu pareja, también tiene algo que decir y merece la pena considerarlo.
Ante los desacuerdos es mejor explorar juntos para llegar a un punto común donde ambos salgáis ganando, se puede hacer si aceptáis las diferencias de vuestros valores opuestos.

5-      APOYA LOS OBJETIVOS DE TU PAREJA.
Clave: Apoya el derecho de tu pareja a desarrollar su propia individualidad, distinta de la tuya. Es una forma práctica de demostrarle amor.
Se trata de apoyar los objetivos del otro sin renunciar a tu punto de vista, siendo honesto, y recuerda que tu pareja también tiene derecho a equivocarse.


6-      CONCÉDELE  A TU PAREJA EL DERECHO A EQUIVOCARSE.
Clave: Nadie es perfecto, ni tu ni tu pareja. Concédele ese derecho. Dale espacio y apoyo para que crezca en sus errores.

7-      REFORMULA TUS NECESIDADES COMO OBJETIVOS.
Clave: Olvídate de los debería o tendría, el hecho de querer una cosa no te garantiza que lo vayas a conseguir. Si dejas de lado la exigencia de conseguir lo que quieres tal vez aumentes la posibilidad de conseguirlo.
Piensa que tu pareja no tiene que satisfacer todas tus necesidades, tu eres el único responsable de tu felicidad. No existe el príncipe o la princesa de los sueños de nadie. Para llevar a buen puerto una relación cada uno debe asumir su responsabilidad en dicha empresa y asumir el compromiso.
RECUERDA QUE TU RELACIÓN DE PAREJA ES UN COMPROMISO. Eres el responsable de tu propio aprendizaje y uso de las pautas, y tu pareja es responsable de su aprendizaje y uso de las pautas. Este compromiso mutuo supone dos compromisos unilaterales sin importar lo que el otro haga.

martes, 16 de noviembre de 2010

¿QÚE ES LA SEXUALIDAD?

¿QUÉ  ES LA SEXUALIDAD?
La sexualidad es mucho más que salud, amor o placer, puede ser una mercancía, una adicción, una forma de relajarse o una fuente de frustraciones, un modo de inhibirse o un instrumento de afecto y comunicación.

La sexualidad esta presente en todo el período de vida, desde que una persona es concebida hasta el momento de su muerte, transformándose en cada etapa y evolucionando para amoldarse a la cultura, a la sociedad y a cada persona en particular. Pero antes de seguir definamos algunos términos:
SEXUALIDAD: La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicosociales que caracterizan a cada sexo. También es el conjunto de fenómenos emocionales, conductuales  relacionados con la búsqueda del placer sexual, que marcaran de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo en la vida
SEXOLOGÍA:  Es el estudio sistemático de la sexualidad humana y de las cuestiones que se relacionan con ella. Es el estudio de la vida sexual humana desde un punto de vista genital, fisiológico, social y psicológico, en el cual participan un gran número de disciplinas y especialidades médicas y humanísticas, abarcando así todos los aspectos de la sexualidad.
La identidad sexual podría definirse como el saber que se pertenece al género femenino o masculino, esto en sí es un fuerte condicionante del comportamiento y uno de los principales pilares de la personalidad, no es una condición biológica sino una convicción, determinada por factores culturales y sociales, que nos moldean desde que nacemos. Es el resultado de la unión entre factores biológicos, sociales y psicológicos.
La orientación sexual por su parte se refiere a las preferencias sexuales de cada individuo, el sentirse atraído por hombres o mujeres independientemente de la identidad sexual que uno tenga. Suele perfilarse en la pubertad y puede variar a lo largo de la vida.
El rol sexual sería entonces los comportamientos que culturalmente se le asignan a cada género, dependen del contexto cultural en que se encuentre el sujeto y están muy determinados por prejuicios y expectativas sobre lo que debe ser natural y deseable en cada sexo.
Basándonos en esto deducimos que la sexualidad consta de varias dimensiones:
·         BIOLÓGICA: todos tenemos un sistema hormonal, genitales, un programa genético, en fin, una estructura psicofisiológica sobre la que se construye el comportamiento sexual. Es la responsable de nuestros impulsos, deseos, de la capacidad de responder y recibir una relación sexual y de sentirnos gratificados con ella o no, e incluso de las diferencias en lo que nos excita. Es por ello que un problema físico, una enfermedad o un accidente puede provocar cambios en nuestra sexualidad (inhibición del deseo, disfunciones…).

·         PSICOSOCIAL: Dado que el ser humano tiene un cuerpo y también una mente, la dimensión psicosocial influye igualmente en nuestra sexualidad. Los amigos, la familia, el colegio, la televisión, las revistas, internet, etc, van moldeando nuestra imagen de lo que es la sexualidad. Y como no, los valores éticos y morales de cada cultura (que no deben aplicarse a las personas individualmente), la religión, las costumbres, incluso la ciencia (que decir de los cambios sexuales gracias a los anticonceptivos), moldean la sexualidad de cada individuo.
Tanto la dimensión biológica como la psicosocial de la sexualidad son variables en función de los componentes internos y externos que componen la vida. La sexualidad depende de los estímulos que nos rodean, de los problemas diarios, de los afectos de los demás, de nuestra experiencia, de los cambios políticos, biológicos y sociales… en resumen de todo lo que compone nuestro día a día.
La sexualidad es variable. Que decir de los cambios que se han experimentado en los últimos 40 años. Los papeles tan rígidos y definidos del marido y la mujer se han ido fusionando en uno más andrógino, en el que hombres y mujeres disfrutan igualmente del placer sexual aunque de maneras distintas. Los cambios de valores han provocado que el acto sexual sea no sólo reproducción sino también placer, comunicación, demostración de afecto…
Y para que la sexualidad siga avanzando por buen camino y podamos seguir disfrutando de ella de forma sana y natural, es necesaria la educación. Debemos enseñar a nuestros hijos para que conozcan sus cuerpos, su sexualidad, modelos de afecto y ternura, respeto y comportamiento, en definitiva a vivir su sexualidad de forma sana, libre, plena y  responsable. Educación no es sólo tener la información, es saber utilizarla y sacarle provecho.

sábado, 6 de noviembre de 2010

HACÍAMOS EL AMOR...

Ella y yo hacíamos el amor diariamente. En otras palabras, los lunes, los martes y los miércoles hacíamos el amor invariablemente...

Los jueves, los viernes y los sábados, hacíamos el amor igualmente... Por último los domingos hacíamos el amor religiosamente... Hacíamos el amor compulsivamente. Lo hacíamos deliberadamente. Lo hacíamos espontáneamente.

Hacíamos el amor por compatibilidad de caracteres, por favor, por supuesto, por teléfono, de primera intención y en última instancia, por no dejar y por si acaso, como primera medida y como último recurso.
Hicimos el amor por ósmosis y por simbiosis: y a eso le llamábamos hacer el amor científicamente. Pero también hicimos el amor yo a ella y ella a mí, es decir, recíprocamente.

Y cuando ella se quedaba a la mitad de un orgasmo y yo con el miembro convertido en un músculo fláccido no podía llenarla, entonces hacíamos el amor lastimosamente. Lo cual no tiene nada que ver con las veces en que yo me imaginaba que no iba a poder y no podía, y ella pensaba que no iba a sentir y no sentía, o bien estábamos tan cansados y tan preocupados que ninguno de los dos alcanzaba el orgasmo.
Decíamos entonces, que habíamos hecho el amor aproximadamente.

O bien a ella le daba por recordar las ardillas que el tío Esteban le trajo de Wisconsin que daban vueltas como locas en sus jaulas olorosas a creolina, y yo por mi parte recordaba la sala de la casa de los abuelos con sus sillas vienesas y sus macetas de rosas esperando la eclosión de las cuatro de la tarde... así era como hacíamos el amor nostálgicamente, viniéndonos mientras nos íbamos tras viejos recuerdos.

Muchas veces hicimos el amor contra natura, a favor de natura, ignorando a natura. O de noche con la luz encendida, o de día con los ojos cerrados. O con el cuerpo limpio y la conciencia sucia. O viceversa.

Contentos, felices, dolientes, amargados. Con remordimiento y sin sentido. Con sueño y con frío. Y cuando estábamos concientes de lo absurdo de la vida y de que un día nos olvidaríamos el uno del otro, entonces hacíamos el amor inútilmente.

Para envidia de nuestros amigos y enemigos hacíamos el amor ilimitadamente, magistralmente, legendariamente. Para honra de nuestros padres, hacíamos el amor moralmente, para escándalo de la sociedad, hacíamos el amor ilegalmente. Para alegría de los psiquiatras hacíamos el amor sintomáticamente. Hacíamos el amor físicamente, de pie y cantando, de rodillas y rezando, acostados y soñando.

Y sobre todo, y por la simple razón de que yo lo quería así y ella también hacíamos el amor VOLUNTARIAMENTE...

jueves, 4 de noviembre de 2010

LA BÚSQUEDA DE PAREJA

El cortejo es el paso inicial para llegar a la relación sexual, previamente debe darse una atracción. Aunque finalmente no se termine en la cama, sin atracción no se desencadenarán los pasos siguientes. Sentirse atraído por alguien implica percibirle como potencial compañero sexual.

A la hora de sentirnos atraídos por alguien entran en juego factores tanto biológicos como culturales. Es lógico pensar en la importancia de los rasgos físicos ya que estos demuestran si el sujeto seleccionado está sano o si por el contrario porta genes defectuosos que después se transmitirán a la descendencia. A pesar de esto hoy en día estas influencias biológicas están matizadas por los determinantes culturales, por ej. Los olores corporales actualmente están disfrazados por los perfumes.

La selección sexual sería en definitiva, el proceso que moldea características físicas, anatómicas y conductuales que atraen a la pareja. Esto implica disponer de habilidades para atraer a un compañero, así como la habilidad de competir contra miembros del mismo sexo por una pareja.

Algunos ejemplos de aspectos atractivos que se dan en todas las culturas serían:

- Una buena salud es fundamental para atraer tanto en el hombre como en la mujer.
- Las mujeres jóvenes son más atractivas, mientras que en los hombres se da el efecto contrario. La mujer sólo es fértil un breve periodo de su vida, cosa que no le ocurre el hombre.
- Los hombres más atractivos son los que poseen cierto status (económico, social…), no importa tanto el físico.
- En cuanto al aspecto físico de las mujeres, en todas las culturas resaltan con ropas y adornos aquellas partes relacionadas con la fertilidad, esto es pechos, caderas…

Insisto en que no debemos olvidar el peso de la cultura, la mayor independencia económica de la mujer occidental, por ejemplo, hace que sus características físicas no sean tan importantes y en cambio las del hombre se valoran más.

¿Qué nos atrae del sexo opuesto?

Aunque sobre gustos no hay nada escrito, todos nos hacemos una idea inicial de otra persona por los rasgos que vemos en el/ella.

- La cara: son más atractivas las caras con cierta simetría y que carezcan de defectos. No suelen gustar los rasgos extremos. En la mujer parecen destacar el tamaño de los ojos, así como el de la boca (grande y con sonrisa), una barbilla pequeña y una nariz no muy grande y bien formada.

- El cuerpo: en la mujer lo que más atrae a los hombres es todo aquello que las distingue de ellos. Los pechos grandes, caderas anchas, trasero relativamente grande, piel suave… Las medidas son relativas en cada cultura y persona en particular.

Destacar que las mujeres exuberantes y que adoptan poses provocativas no suelen gustar a los hombres como pareja. Y son más atractivas las mujeres elegantes y bien vestidas

En cuanto a los hombres, un trasero pequeño, espalda ancha, cuerpo esbelto y armónico y vientre liso. Gustan los hombres altos pero la diferencia con la pareja debe ser entre 12 y 14 cm.

Una vez superada la barrera biológica inicial, entran en juego los aspectos psicológicos en el juego de la atracción. Destacan entre ellos los siguientes:

-RECIPROCIDAD: Sentimos cariño por las personas que nos tienen cariño y nos lo demuestran. La admiración mutua es de lo más atrayente. El problema es que normalmente no solemos demostrar cariño abiertamente y el otro debe inferirlo de las miradas, gestos y claves, generalmente subjetivas. Otro matiz, los aduladores suelen perder credibilidad y no son bien vistos. Se busca la muestra de cariño directa y sincera.

-PROXIMIDAD: Como dije en el artículo anterior, las parejas que encuentran tiempo para estar juntos tienen más probabilidades de tener éxito. La proximidad espacial, y sobre todo la disponibilidad selectiva (es accesible para mí pero no tanto para el resto), aunque en sí no produce atracción, sí que facilitan las relaciones positivas.

-SIMILITUD: Opiniones y actitudes similares provocan y aumentan la atracción, aunque a la larga no influyan tanto, pudiendo tener puntos de vista contrapuestos sin que eso deteriore la relación. En cuanto a la parte física,  la gente prefiere quedar con personas semejantes en atractivo físico, tal vez por miedo a ser rechazados o por la posible competencia con sus semejantes.

-COMPLEMENTARIEDAD: Polos opuestos se atraen, o más bien buscan complementar aquellas carencias que perciben en uno mismo. Podría decirse que la similitud es importante al inicio de la relación y la complementariedad sería un nexo de unión avanzada la relación.

-EXCITACIÓN Y ATRACCIÓN MUTUA: Compartir retos y desafíos es un potente afrodisíaco. No hay más que ver las películas en que dos personas viven cientos de aventuras y acaban enamorándose. Lo mismo ocurre si hay obstáculos a la relación, padres que se oponen a la relación de un hijo provocan que la pareja se una aún más.

-COMUNICACIÓN DEL INTERÉS SEXUAL: Posturas, gestos, miradas, dirección y brillo de la mirada, guiños, incluso los labios y la nariz. Como dije antes la importancia de las palabras, el lenguaje puede atraer, excitar y transmitir mucha información. También sería destacable el tacto, aunque no en las fases iniciales donde tocar prematuramente puede terminar de golpe con el cortejo.

martes, 26 de octubre de 2010

¿QUÉ ES EL AMOR?

¿Enamoramiento o amor?

El enamoramiento es una emoción repentina, se caracteriza por el intenso deseo de estar con el otro, besarle, tocarle, hay un fuerte deseo sexual... Se ansía q el sentimiento sea recíproco y se siente miedo a ser rechazado, uno hasta se vuelve tímido frente al otro. Se idealiza a la otra persona, hay activación fisiológica con sólo imaginarse en presencia del otro, nos dejamos llevar por la pasión, no podemos concentrarnos en las tareas cotidianas y sentimos q la vida es bella y tenemos ganas de vivirla. Por suerte esta fase sólo dura un tiempo más o menos corto, dando paso a otro tipo de amor o al fin de la relación. 

El amor después del enamoramiento se caracteriza por tener una fuerte implicación personal, hay un cariño profundo, entrega, tolerancia, se siente al otro como un compañero en los proyectos vitales, hay un compromiso por resolver juntos los problemas y apoyarse, se crean una serie de claves entre los miembros de la pareja y la sexualidad es más rica, intensa y significativa. El amor maduro no es ciego, ve también lo q no le gusta, pero acepta al otro por entero siendo tolerante, empático, dialogador y negociador.

En el amor en pareja cabe destacar una serie de elementos básicos:
  1. SENTIMIENTO: El amor humano es entrega, es celebrar q el otro exista, buscar el bien y la felicidad en un acto continuo de dar y recibir.
  2. TENDENCIA: Consecuencia de la atracción. Es una tendencia en principio sexual, pero con el progresivo conocimiento mutuo y la comunicación esta tendencia será también psicológica, espiritual y cultural.
  3. VOLUNTAD: El amor hay q cuidarlo, y eso se hace con fuerza de voluntad, tesón e insistencia en los objetivos.
  4. INTELIGENCIA: Conocerse a uno mismo y al otro, aplicar inteligencia en la relación aligera la convivencia. El amor no puede depender sólo de sentimientos o será algo inmaduro y adolescente.
  5. FILOSOFÍA Y PROYECTO EN COMÚN: Si no se comparten unos criterios relativamente iguales acabarán surgiendo diferencias de interpretación y dificultad de entendimiento.
  6. COMPROMISO: Amar es elegir, y por lo tanto renunciar a otras posibilidades. El amor auténtico requiere un compromiso voluntario y responsable para con el futuro del otro.
  7. FLUENCIA Y DINAMISMO: A medida q la vida transcurre, las cosas cambian, los miembros de la pareja evolucionan, las cosas no son lo q eran... Ser conscientes de estos cambios y fluir con ellos facilitará la relación.
¿Cómo hacer que el amor dure?

Aunque es necesario y sano q cada uno tenga sus roles diferenciados y su vida individual, las parejas q encuentran tiempo para dedicarse el uno al otro tienen cierto blindaje ante el deterioro. Igualmente una red de amigos comunes cuida la estabilidad de la pareja.

Un buen predictor de la estabilidad conyugal es el balance entre lo bueno y lo malo, una sencilla fórmula sería dividir el número de coitos entre las dicusiones, el resultado debe ser mayor q uno.

El perdón es una pieza clave en las relaciones. Perdón entendido como un acto asimétrico, el q perdona olvida y garantiza al otro q sigue disponiendo de su amor. En la pareja habrá momentos en los q sea necesario perdonar, aunque no vale q siempre perdone el mismo, debe ser algo q practiquen los dos, de lo contrario sería sumisión.

Un sentimiento de amor profundo y maduro, la percepción recíproca de q el otro cumple la mayoría de las expectativas, la falta de interés por otra posible pareja, un compromiso moral por el bienestar del compañero, y no dar por sentado q el otro estará siempre ya q el amor no se mantiene sólo, son factores necesarios en una relación estable, aunque no son suficientes por sí sólos.

Especial cuidado habría q tener con las inculpaciones, a uno mismo y al otro. Las imputaciones aumentan en los conflictos, echarse en cara las cosas no es bueno y desde luego no ayuda a superar las crisis.

En los momentos conflictivos las imputaciones son barreras insalvables. Las imputaciones suelen aparecer por algo concreto ("no deberías comprar una tv tan cara") y lo concreto se puede discutir y solucionar, pero lo abstracto ("eres un derrochador") no suele arreglarse.

Uno suele ser más indulgente consigo mismo, justificando su propio comportamiento y utilizando otra vara para medir al compañero. Solemos considerarnos el bueno y pensar q el malo siempre es el otro pensando q las razones q nos han llevado a cometer un error son "situacionales", mientras q si el error lo comete el otro se le atribuye a su carácter, personalidad o forma de pensar, y claro, eso no tiene justificación. Si uno atribuye lo negativo al carácter del otro y no le da la opción de q se deba a una causa accidental, las cosas nunca podrán cambiar.

lunes, 25 de octubre de 2010

MITO DE PSIQUE Y EROS

El mito de Psique y Eros es la historia de amor por excelencia de la mitología clásica.

Eros era la personificación del deseo amoroso intenso, responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como el dios de la fertilidad. Psique por su parte es la personificación del alma humana purificada por las pasiones y las desgracias, y preparada para disfrutar, dentro del amor, de la felicidad eterna, la unión de consciencia, inconsciencia y superego. 

MITO DE PSIQUE Y EROS

Había un vez un rey, padre de tres hijas espléndidas. La más joven, Psique, era mucho más hermosa que sus dos hermanas y al lado de ellas parecía una diosa entre simples mortales. La fama de su hermosura se extendio por toda la tierra y de todas partes los hombres se ponían en camino para admirarla como si de una inmortal se tratara. Se llegó a decir incluso que la misma Afrodita no podía rivalizar con ella. La diosa, que no podía aceptar semejante situación, pidió ayuda a su hijo Eros quien se prestó a obedecer sus órdenes. "Usa tu poder - le dijo - y haz que esta desvergonzada se enamore locamente de la más vil y despreciable criatura que haya en el mundo". Él lo habría hecho ciertamente si Afrodita no le hubiera mostrado antes a Psique. Cuando la hubo visto, el mismo Cupido se sintió con el corazón traspasado por una de sus flechas.

Las cosas, sin embargo, ocurrieron de distinta manera a como la diosa creía. Psique no pensó nunca enamorarse de un malvado, en efecto, no se enamoró de nadie y, más extraño todavía, nadie se enamoró de ella. Los hombres seguían satisfechos en su contemplación, admirándola, adorándola y desposando después a otra. Psique, la mas hermosa, triste y solitaria, admirada siempre pero jamás amada, pensó que ningún hombre la querría por esposa y ello causaba gran inquietud a sus progenitores.

Su padre intentó hallar a través del oráculo de Delfos un buen marido para Psique. El dios consintió en responder, pero su profecía fue terrible. Psique, vestida con negros crespones, debía ser llevada a la cumbre de una colina y permanecer allí sola, el marido que le sería destinado, una serpiente alada, terrible y más poderosa que los mismo dioses, llegaría hasta ella y la haría su esposa...

Se preparó a la joven como para sus funerales, y con mas lamentos que si se tratara de conducirla a la tumba la llevaron a la colina. Sólo Psique permanecía animosa y decidida. " Más que llorar por mi -les dijo- hacerlo por esta belleza que me ha granjeado la envidia del cielo. Marchad ahora, y sabed que deseo que pronto llegue el final". Desesperados partieron todos, abandonando a su destino a la radiante y desventurada muchacha y se encerraron en su palacio para llorar por ella el resto de sus días.

Sobre la colina, y en medio de la oscuridad, Psique permaneció sentada a la espera. Mientras temblaba y lloraba, en la calmada noche llegó hasta ella una ligera brisa, el dulce viento Céfiro, quien la llevó a orillas de un claro arroyo a cuya vera se elevaba un castillo imponente y magnífico con columnas de oro, muros de plata y suelos incrustados de piedras preciosas. Reinaba un silencio absoluto. Psique se acercó cautelosa, atemorizada y recelosa al umbral cuando percibió unos ruidos; no veía a nadie, pero oía las palabras con claridad: "La casa es para tí -le decían-. Entra sin miedo y báñate, enseguida se pondrá en tu honor la mesa del banquete".

Todo el día estuvo sóla, acompañada únicamente por las voces que escuchaba, pero  presentía que su marido vendría al caer la noche. Y así fue. Cuando le sintió cerca de sí y escuchó su voz que murmuraba dulcemente a su oído, desaparecieron sus temores. Sin verle siquiera, estaba segura que no era un mostruo ni tenía forma espantosa sino que era el amante esposo que tanto tiempo había deseado.

Y así pasó el tiempo para Psique que vivía feliz. Pero una noche, su querido e invisible esposo le habló muy seriamente y le advirtió que un gran peligro le amenazaba bajo la forma de sus dos hermanas. "Vuelven a la colina de donde has desaparecido para llorar por tí, pero no es conveniente que te descubran. Si lo hacen me causarás una pena inmensa y te destruirás a ti misma". Prometió no dejarse ver y pasó todo el día siguiente llorando, pensando en sus hermanas y en la prohibición que tenía de no consolarlas. Y lloró todavia más cuando volvio su marido y ni siquiera sus caricias pudieron secar sus lagrimas. Al fin, con gran disgusto, él cedió: "Haz lo que quieras pero estas buscando tu ruina, tu propia destruccion". Después le explicó que no se dejara persuadir por nadie para que intentara verle, pues quedaría separada de él para siempre.

Al día siguiente las dos hermanas descendieron de la montaña. Alegre Psique las esperaba, entraron en el palacio y las dos hermanas mayores revolvieron todos los magníficos tesoros. Y la envidia, la amarga envidia y una curiosidad devoradora se apoderaron de ellas ¿quién era el dueño de tal magnificencia? ¿quién era el esposo de su hermana? Querían saberlo pero Psique, que mantenía su palabra, sólo les dijo que su marido era un hombre joven que estaba participando en una cacería. Después, les llenó las manos de oro y joyas y despidió a sus hermanas que dejaron a Psique, pero el fuego de los celos quemaba sus corazones. Comparadas con Psiqué, las riquezas propias y su felicidad les parecían nada, y su envidiosa cólera creció tanto en ellas que llegaron a tramar juntas la perdición de su hermana.

Aquella noche, el esposo de Psique le advirtió una vez más que no volviera a ver a sus hermanas. Pero ella replicó, a lo que el cedió de nuevo y en seguida las dos ruines hermanas llegaron. Traían planes muy concretos. Las palabras vacilantes de su hermana y sus contradictorias respuestas cuando le pidieron que describiera a su marido, avivaron su curiosidad. Estaban convencidas de que, no solo Psiqué no lo habiá visto todavía, sino que incluso ignoraba su identidad y estaban seguras de que su marido no era un hombre, sino  la horrenda serpiente profetizada por el oráculo. El de momento se mostraba dulce, pero llegaría una noche en que se arrojaría sobre ella para devorarla.

Psique, consternada, sentía que el terror invadía su corazon e iba matando poco a poco su amor. Muchas veces se preguntaba por qué él no le permitía verle ¿qué sabia de él en realidad? Si no era tan horrible ¿por qué tenía la crueldad de ocultarse a su vista? Triste, temblorosa y balbuceante pidió consejo a sus hermanas

Ellas lo tenían ya todo previsto. Psiqué debía ocultar un cuchillo bien afilado y una lámpara al lado de su lecho. Cuando su marido estuviera profundamente dormido, ella se levantaría, encendería la lampara y empuñando el cuchillo lo clavaría en la figura horrible que la luz le descubriera.

La dejaron abrumada por la duda y fuera de sí, sin saber qué partido tomar. Ella le amaba y él era su amante esposo... Durante todo el día sus pensamientos luchaban dentro de ella. Cuando llegó la noche estaba decidida a matarlo...

Cuando él se durmió apaciblemente, ella se revistió de valor y encendió la lámpara, se acercó al lecho y, elevando la luz, contempló lo que tenía ante sus ojos. ¡Oh, su corazón sintió un profundo alivio y el más sublimado éxtasis! La luz no le hizo ver un monstruo, sino la más bella de las criaturas. Invadida por la vergüenza de su locura y por su poca confianza, Psique se hincó de rodillas y permaneción inmóvil ante Eros. Pero mientras se hallaba reclinada sobre él, contemplando tan gran belleza, una gota de aceite cayó de la lámpara en la espalda de aquel bello joven quien despertó sobresaltado y al ver la luz comprendió la desconfianza de Psique, y sin pronunciar palabra se marchó.

Psique corrió tras él. No podía verle, pero oía su voz que le hablaba. Le dio a conocer su nombre y con tristeza le dijo adios: "El Amor no puede vivir sin confianza" y con esas últimas palabras la abandonó. "El dios del amor" pensó ella "era mi esposo, y yo, miserable, no tuve fe en su palabra. ¿Se ha marchado para siempre?. De todas maneras -pensó ella llena de coraje- puedo pasar el resto de mi vida buscándolo. Si él no quiere ya amarme, yo sabré demostrarle mi amor". Y se puso en camino sin rumbo fijo; solo sabía una cosa, que jamás renunciaría a volverle a encontrar.

Entretanto, Eros fue a reunirse con su madre para pedirle que curara su herida, pero cuando Afrodita supo su historia y comprendió lo que Psique había pretendido marchó en busca de la muchacha decidida a demostrarle lo que cuesta escapar de la ira de una diosa.

La pobre Psique, en su desolado vagabundear decidió dirigirse a Afrodita, se ofrecería a servirla e intentaría apaciguar su colera. "Y quién sabe si él no estará en casa de su madre". Y se puso en camino para encontrar a la diosa, quien a su vez andaba buscándola.

Cuando las dos se encontraron Afrodita con desprecio le impuso cuatro duras pruebas a Psique. Mezcló gran cantidad de semillas pequeñas que debía tener separadas al aterdecer (tarea q realizaron las hormigas por ella). La alimentó con un mendrugo de pan y le obligó a dormir en el suelo. Si la podía obligar por largo tiempo a un trabajo duro y penoso, e incluso hacerle pasar hambre, la belleza odiosa de esta muchacha no lo podría resistir. Entretanto, impediría que su hijo abandonara la habitación donde todavía se encontraba, sufriendo a causa de su herida. Afrodita se sentía satisfecha por el cáriz que tomaban los acontecimientos.

De nuevo le ordenó traer lana del vellocino de oro, para lo que fue ayudada por los rosales. Afrodita, sospechando la ayuda recibida le dió otra dura prueba, debía traerle agua negra del río Estige, prueba que de nuevo superó ayudada ahora por un águila.

Pero Afrodita se dio cuenta y cada vez imponía a Psique pruebas más difíciles. Por último dio una caja a Psique con la consigna de llevarla al hades y rogar a Perséfone que metiera en ella un poco de su belleza. Obediente como siempre, Psique se fue a buscar el camino que conducía al Hades. Cuando pasó ante una torre, ésta se ofreció a guiarla señalándole el rumbo que la llevaría al palacio de Perséfone. Debía pasar primero por un gran agujero que había en la tierra y después por el río de la muerte donde debía entregar una moneda al barquero Caronte para que la transportara a la otra orilla. Allí el camino descendía recto al palacio. Cancerbero, el perro de tres cabezas, guardaba las puertas, pero si ella le ofrecía un dulce se amansaría y le permitiría entrar.

Todo ocurrió como la torre anunció. Perséfone deseosa de servir a Afrodita, llenó la caja con un poco de su belleza. Psique, muy animada, la tomó y volvio más rápida que había ido.

Llevada por la curiosidad, y más todavía por su vanidad, quiso ver el encanto que la caja contenía y, a poder ser, usar un poco en ella misma, sabía que su belleza estaba resentida por los sufrimientos y matenía la idea de recobrar a Eros. Incapaz de resistir la tentación, abrió la caja y con gran desencanto no encontró nada, ¡estaba vacía! Entonces un decaimiento mortal se apoderó de ella y cayó en un profundo sueño.

En este momento intervino Eros. Su herida ya había curado y deseaba ardientemente encontrar de nuevo a Psique. Es dificil contener el amor. Afrodita había cerrado las puertas, pero quedaban las ventanas. Nada más fácil para Eros que escapar por una de ellas y buscar a su esposa. En un momento arrancó el sueño de los ojos de Psique y lo encerró en la caja. Después despertó a su mujer con un beso. La riñó  por su curiosidad, le dijo que llevara a su madre la caja de Perséfone y le aseguró que todo en adelante tendría un feliz desenlace.

Mientras Psique se apresuraba a obedecer, el dios del Amor marchó al Olimpo. Quería asegurarse de que Afrodita no le pondría mas dificultades y planteó el caso ante Zeus quien consintió enseguida en todo lo que Eros le pedía. Anunció que Eros y Psique estaban oficialmente casados y propuso conceder la inmortalidad a la esposa. Esto cambiaba la situacion, Afrodita no podía ya censurar a la diosa que había llegado a ser su bella nuera.

Todo terminó felizmente. El Amor y el Alma (Eros y Psique) se buscaron y tras duras pruebas se encontraron. Y esta unión no debía romperse jamás.