miércoles, 19 de enero de 2011

LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

Existen personas que no conciben la vida si no la comparten con esa persona especial, son adictos al amor. Tienen miedo a la soledad y a que se les abandone, para ellos el amor es lo más importante y otro tipo de relaciones son secundarias, además no perciben su actitud como un problema. Son DEPENDIENTES EMOCIONALES.



La dependencia en la relación de pareja puede darse por varios motivos:
-          DEPENDENCIA A LA SEGURIDAD: Es gente con baja autoeficacia, necesitan de alguien psicológicamente más fuerte que se haga responsable de ellas. Es un tipo de apego muy fuerte dado que se trata de supervivencia en estado puro. Parece estar originado en una excesiva sobreprotección parental en la infancia y en la creencia aprendida de que el mundo es peligroso. El simple hecho de dormir en la misma cama o ver la misma tv ya le provoca seguridad a la persona con esta dependencia.

-          DEPENDENCIA A LA ESTABILIDAD, MIEDO AL ABANDONO: Da igual si hay amor, si hay algo mejor, pero lo relevante es la presencia del otro. Son sujetos que han sufrido rechazos, abandonos y pérdidas amorosas. El objetivo es que no vuelva a suceder, mantener la unión a toda costa.

-          DEPENDENCIA A LAS MANIFESTACIONES DE AFECTO: Son personas con baja autoestima, buscan sentirse amadas lo que les lleva a estar continuamente buscando muestras de aprecio, lo que resulta agotador para ambos. Proyectan en el otro el hecho de no quererse a sí mismos.

-          DEPENDENCIA A LA ADMIRACION: Aquí la carencia es de reconocimiento y adulación. No se sienten admirables por lo que si se les muestra la más mínima seña de admiración la dependencia no tarda en aparecer.

-          DEPENDENCIA NORMAL AL BIENESTAR: Hay formas de dependencia que son vistas como normales en la sociedad actual, como por ejemplo el sexo, los mimos, el compañerismo o la tranquilidad. No por ello son menos tóxicos.

Cómo promover la independencia afectiva y seguir amando:
-          PROMOVER LA EXPLORACIÓN Y EL RIESGO RESPONSABLE:  Las personas dependientes, debido a su inmadurez emocional, tienen miedo a lo desconocido y no suelen arriesgarse, más vale lo malo conocido... el hecho de explorar sin la pareja produce esquemas anti-dependencia y formas más sanas de relacionarse.
Las personas atrevidas y arriesgadas toleran mejor el dolor y la frustración.
Las personas que experimentan descubren nuevas fuentes de distracción e interés y dejan de concentrarse en un solo objeto de deleite.
Explorando la mente se abre y flexibiliza, se afloja la resistencia al cambio y el miedo pasa a ser sorpresa y asombro. Además se pierde el miedo a la autoridad y se aprende que nadie tiene la última palabra.

Se puede empezar con cosas sencillas como:
               -Juego y espontaneidad: haz alguna travesura como estornudar varias veces en una biblioteca o gritar ante un ratón imaginario. Empieza a sacar cosas absurdas del bolso en el autobús… Despreocúpate del que dirán.

    -¡¡¡DATE EL GUSTO DE EQUIVOCARTE!!!

    -Curiosea en lo intelectual, busca más puntos de vista de un mismo tema.

               -Visita museos, librerías… no es necesario compañía para ello.

              -Se creativo en tus conductas habituales, por ej. Introduce juguetes en tu sexualidad, prueba a hacer comidas exóticas…

               -Viaja y conoce sitios y gente diferente

-          PROMOVER LA AUTONOMIA, HAZTE CARGO DE TI MISMO: Empieza a ser tu mismo y tomar las riendas de tu vida.

-Busca espacios privados y se dueño de tus pensamientos: Se trata de establecer los límites de tu intimidad. Sin autonomía no hay amor, sino adicción.

-Una persona autosufiente  se hace cargo de si misma y no teme la soledad, sino que la busca en ocasiones. La soledad favorece la autoobservación y el autoconocimiento.
-Empieza a ser autosuficiente y autoeficaz. La autonomía produce esquemas anti-dependencia y maneras más sanas de relacionarse afectivamente dado que se confía más en uno mismo, se tolera mejor el dolor y la frustración y se maneja mejor e incluso se busca los momentos de soledad