lunes, 3 de febrero de 2014

CLAVES DE LA VIDA. POEMA DE VICTOR HUGO.

 TE DESEO...



Te deseo primero que ames,
y que amando también seas amado.
Y que de no ser así, seas breve en olvidar, no guardes rencores.
Deseo pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos 
haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la visa es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos, 
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,
mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se  equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa,
y que ya maduro no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa
y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima
por encima y a pesar de todo,
que existen y que te rodean
seres oprimidos, tratados con injusticia
y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
esta hecha un árbol.

Te deseo además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año 
pongas algo de ese dinero frente a ti
y digas "esto es mío"
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno de tus defectos muera,
pero que si muere alguno
puedas llorar sin lamentarte
y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que
siendo hombre, tengas una buena mujer,
y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasarte
no tengo más nada que desearte.


Victor Hugo